El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado sus advertencias a la Unión Europea, exigiendo la compra masiva de petróleo y gas estadounidense bajo amenaza de imponer aranceles. En un mensaje publicado en Truth Social, Trump declaró: “¡Aranceles hasta el final!” si no se reduce el déficit comercial con EE. UU.
Estas amenazas han generado preocupación en Europa, que enfrenta divisiones internas sobre cómo responder. Mientras algunos funcionarios abogan por represalias arancelarias, otros prefieren buscar una solución negociada que evite una guerra comercial transatlántica.
Europa es uno de los mayores compradores de gas natural licuado de Estados Unidos, pero el déficit comercial entre ambas regiones sigue siendo un tema de tensión. Durante el primer mandato de Trump, la imposición de aranceles al acero y aluminio europeos no logró reducir esta brecha y, de hecho, la incrementó.
Los economistas advierten que una guerra comercial perjudicaría tanto a Europa como a Estados Unidos, afectando el comercio y el crecimiento económico. En particular, la economía europea, debilitada por la pandemia y el aumento de los precios de la energía, sería especialmente vulnerable.
Por otro lado, la Comisión Europea evalúa aumentar las importaciones estadounidenses en sectores como energía y defensa para calmar las tensiones. Sin embargo, la falta de consenso entre los países miembros complica la elaboración de una respuesta unificada.
Empresas europeas como Airbus y exportadores de productos sensibles, como el vino de Borgoña, temen el impacto de posibles aranceles. Mientras tanto, líderes empresariales instan a sus miembros a prepararse para distintos escenarios ante las políticas comerciales de Trump.
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